El senado de California propone la credencial sanitaria en blockchain

Uno de los grandes retos a los que los gobiernos se enfrentan es cómo reactivar la economía de sus países sin promover el contagio entre sus ciudadanos. El Senado de California (Estados Unidos) ha propuesto una credencial sanitaria verificable en  blockchain”. Esta credencial, basadas en una blockchain, es como “una cartilla electrónica digitall”, donde quedarían registrados los resultados a las pruebas del COVID-19. En sus primeras versiones, el documento describe cómo este “credencial sanitaria blockchain” sería necesaria para entrar en espacios públicos.

Su principal destino, en mi opinión, son los trabajadores de la salud, trabajadores con fuerte movilidad, empleados del sector turismo, entre otros, con el objetivo de que se puedan verificar que no son portadores del COVID-19 para regresar al trabajo, viajar o cualquier otro proceso en el que la verificación de una prueba de COVID-19 sea necesario. Evidentemente su uso no es exclusivo para estos trabajadores.

Como era previsible la utilización de la tecnología en la crisis del COVID 19, ha generado polémica. Sin embargo cual es realmente el punto de controversia, porque las mismas dudas sobre la privacidad y la discriminación se pueden dar con una credencia en papel. Desde mi punto de vista, el punto de controversia está en permitir que una la ley exija estas credenciales a los ciudadanos.

Lo que quiero decir es que las autoridades sanitarias ya están dando un papel con el resultado de las pruebas de COVID y, que yo sepa, no hay ninguna Ley que exija que el ciudadano deba mostrar ese resultado a su empleador o a cualquiera que se lo solicite. Que las empresas están haciendo PCR en base a la detección precoz de todos los casos compatibles con COVID‐19 con el objetivo de controlar la transmisión de la enfermedad. Y que da igual que el resultado de las pruebas esté en papel o en digital en el móvil, ya que en los dos casos la privacidad está asegurada, ese dato está bajo el control del ciudadano y lo puede usar como considere.

En realidad, lo que ahora está sucediendo es que: para volver al centro de día a mi madre le exigen hacerse una PCR; para volver a dar clase mi prima debe hacerse la prueba PCR; para volver al trabajo la empresa de mi cuñada le hará una PCR . Muchas empresas están haciendo PCRs a sus empleados para volver presencialmente al trabajo. Estas pruebas se hacen fundamentalmente para detectar positivos asintomáticos y limitar la posibilidad de que contagien a otras personas. Si el resultado de la prueba es positivo, el infectado debe, obligatoriamente, autoaislarse. Así pues, de facto, las organizaciones están solicitando esa credencial sanitaria a los ciudadanos en base a la protección de intereses vitales del interesado o de otra persona física (art. 6.2.c) RGPD.

Con el mismo razonamiento: podrían solicitarnos la credencial para viajar o para ir al cine sin una normativa?

Los detractores de la credencial sanitaria dicen que nadie debería tener que desbloquear su teléfono y exponer su información de salud para poder ingresar a su oficina, escuela o mercado del vecindario. Bien entonces tampoco tendría porque acceder a hacerse el PCR sin síntomas y sin embargo, se está exigiendo como prevención.

Los casos positivos pasan a » casos confirmados» y al autoconfinamiento, además el interesado debe comunicar sus contactos para que se les informe de su positivo. De ese modo y por lógica se limita su privacidad y su movilidad sin ninguna protesta. Si el infectado no cumpliese con este aislamiento y se le solicitase su credencial en papel ¿estaría obligado a presentarla? ¿se está respetando su privacidad y se le está discriminando si no se le permite el acceso por ser positivo?. No hay una respuesta diferente si la credencial es en digital o papel.

Entonces la cuestión debe estar en no discriminar ni limitar la movilidad a las personas que hoy dan negativo en el resultado pero que puede dar positivo mañana. A estos ciudadanos no se les limita su movilidad en base a una probabilidad de contagio ni se les obliga a hacerse periódicamente las pruebas. Si hubiera un caso «falso positivo» el error sería más permanentemente en la credencial del papel (que podría seguir presentando) que en la blockchain en la que si se puede revocar (es un error decir que no se modificar ese estado).

No acabo de ver sólidos argumentos para no hacer una credencial sanitaria con el resultado de las pruebas de COVID, en blockchain. No hay un riesgo mayor que tener el resultado en papel, ni se limita más al individuo, ni se le discrimina. Tal limitación vendría por la obligación normativa de mostrar esa credencial, si se le solicita por una autoridad, con el objetivo de detectar a aquellos individuos infectados que no cumpliesen con su deber de aislamiento evitando que puedan seguir contagiando. Esa prevención es el objetivo de Sanidad en las ‘instrucciones sobre la realización de prueba diagnósticas para la detección del COVID en el ámbito de las empresas’.

Adicionalmente blockchain aporta otras ventajas: la primera es que se puede modificar el estado en blockchain estando a disposición inmediata del que lo consulta (esto no sucede con el papel), se podría detectar fácilmente si hubiera recontagios y por tanto estudiar cuanto dura la inmunidad o cuanto tiempo puede ser portador un asintomático. Los datos nos permitirían saber más y planificar mejor.

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Categorías:blockchain, COVID19

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