Una investigadora española, Carmela Troncoso esta (o estaba?) al frente del equipo de diseño de un protocolo para conseguir un sistema que almacena en el móvil los contactos, por medio de bluetooth. El nombre del protocolo es DP-3P, y fue encargado por el Consorcio de Rastreo Paneuropeo de Proximidad para Preservar la Privacidad, Pepp-Pt, un conglomerado de empresas y universidades que se han unido para desarrollar una aplicación contra el virus.
Parece que Pepp-Pt ha dado un giro que consiste en centralizar la información que recoge la app. Ha abandonado el proyecto de Troncoso.
La documentación de DP-3P se puede encontrar en un repositorio de Github. La app genera una clave anónima que va refrescándose y cambiando cada cierto tiempo, una “identidad efímera” . El móvil intercambia esta identidades efímeras por bluetooth hacia el resto de dispositivos que se encuentren cerca y viceversa. Los números se van quedando almacenados en el propio teléfono así como a qué distancia han estado y cuánto tiempo han permanecido juntos. Si una persona, a través de un test, da positivo en covid-19, se activaría el sistema, bajo el consentimiento del usuario,la app enviaría un mensaje a un servidor, que lo reenviaría a todos los móviles con los que ha estado en contacto.
Sin hacer una análisis en profundidad, el funcionamiento se parece mucho a TraceTogether de Singapur y la pregunta es ¿era necesario desarrollar un nuevo protocolo? cuando el gobierno de Singapur ofrece el código fuente de dicha herramienta a los gobiernos de otros países y además lo ha abierto.
El problema de las app es que deja fuera a un sector de la población que no usa smartphone, para esta aplicación habría que pensar en un wearable simple
Categorías:blockchain, COVID19, Móvil
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