Un robot no puede sustituir a un sacerdote. Eso es lo que se pensaba en 2016.
En 2017 se presentó un cura robot que ofrecía bendiciones en cinco idiomas. Hoy BlessU-2 es, aunque su aspecto no sea sobrio, un sacerdote. Si el usuario le cuenta sus zozobras en la pantalla táctil que lleva en el pecho, el robot le tranquilizará con sus palabras.
En 2019 «Mindar«, es un sacerdote robótico andrógino -elaborado en su mayoría de aluminio- que es capaz de dar sermones que sirvan para estimular el interés en las enseñanzas budistas, según explicaron los diseñadores de la máquina.
Por ahora Mindar no está equipado con algoritmos de aprendizaje automático, pero los diseñadores del robot dicen que podría llegar un día en que la inteligencia artificial le otorgue al robot cierta medida de autonomía, agregando una nueva dimensión extraña a la forma en que se entregan los mensajes religiosos.
Los japoneses están más familiarizados con los robots pues desde hace varios años, un robot humanoide llamado «Pepper (Pimienta)» ha estado disponible en los funerales japoneses, donde canta sutras y toca un tambor en la tradición de un sacerdote budista, según World-Wide Religious News.obots. En el mundo occidental quizás se tarde más en admitir un robot confesando.
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