Andrés Perez Ortega escribe un artículo en consultoras.org sobre la re-evolución de las mujeres. (Me gusta el juego del guión). El articulo, que recoge opiniones de Tom Peters, de Judi B. Rosener y de Linda Tischler, aporta una lista de características de la mujer que puede resultar ventajosas en el mundo empresarial:
- La facilidad para improvisar de las mujeres, lo que les va a dar una ventaja competitiva sustancial frente a los hombre. (Peters)
- Son capaces de adaptarse a las situaciones cambiantes
- Las mujeres son mucho más «lanzadas» en los momentos clave. Los hombres muchos más conservadores y tradicionales.
- La intuición femenina (o no) va adquiriendo importancia en la gestión empresarial (Malcolm Gladwell )
- Tienen más facilidad para entender y establecer relaciones personales y profesionales
- A las mujeres les gustan las personas, por ello favorecen estilos de liderazgo interactivos-colaborativos
- Comparten fácilmente la información, aceptan con facilidad la ambigüedad y aprecian la diversidad cultural. (Judi B. Rosener )
Evidentemente la generalización siempre es falsa, pero conozco muchas mujeres que cumplen estas premisas. Y además son mujeres que piensan en el bien general, en hacer bien el trabajo, de hablar en grupo para tomar decisiones y hablar de los problemas sinceramente para resolverlos.
En el otro lado, y aunque tengo amigos que son la excepción, lo habitual es encontrarse con un tipo de directivo masculino cuyo hábitat es el engaño continuado, la tendencia al egocentrismo y la vanidad, a buscar el reconocimiento personal más que el bien común; a tomar las decisiones consultando consigo mismo. A llamar discreción a esa actitud tan masculina de no hablar por lo que pueda pasar y a guardarse los problemas.
Todas estas actitudes pueden ser intercambiables entre los dos “géneros” pero para que la mujer pueda desarrollar estas actividades sin dejarse la vida en el intento, se necesita la colaboración de los hombres. Al menos de ese 10% de hombres que no ven a la mujer inteligente como un peligro si no como una ventaja en su equipo.
Por otro lado, afortunadamente, como dice Andrés, las mujeres se están dando cuenta de que son capaces, muy capaces de escribir el guión de sus vidas. Y por ello quiero rendir un homenaje a mis amigas y a mis amigos (los del 10%)
Ser vosotro/as mismas que sois maravilloso/as.
PD: El otro 90% tienen dos problemas:
- Incapaces de soportar una mujer más inteligente deben encontrarle algún defecto: o es fea, o es golfa. Y como no puede ser de otra forma hay : que “bajarle los humos” o “domarla”. Cuando hay que decir algo bueno mejor utilizar sufijos y dobles intenciones. Así obtenemos sabi-onda, list-illa, es muy “buEna”, etc
- La segunda es no buscarse problemas: hacer lo imprescindible, antes hacer bobadas que decir no al Director, el resultado se mide por su promoción, la ética es plastilina y favorecer a la tribu.
Y, para ser justa, un 80% de mujeres:
- No soporta la competencia femenina. Así que se dedica a la difamación continuada de la incordiante compañera. Son reconocibles por su inclinación al ji ji ja ja y conversación poco interesante.
- Dificilmente reconoce sus errores y es una especialista en buscar culpables.
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Peligro, peligro…
Te agradezco que nos des a los hombres ese 10% de margen. Pero obligar a las mujeres a entrar en ese arquetipo de liderazgo que propones es quizas demasiado radical.
Recuerda que en el mundo real nada es verdad o mentira. Y que prorratear la propia experiencia al total de las de tu género puede pecar de injusto. Por otro lado, el feminismo militante corre el riesgo de pasar el péndulo al otro extremo.
Además en este complicado mundo de las diferencias de sexo aportar explicaciones tan nítidas podría ser interpretado como una opinión típicamente masculina. Ya sabes: YING y YANG. Lo femenino no suele usar el ataque frontal a los problemas.
En fin y por complementar mi opinión sobre la mujer directiva en el mundo laboral, en las ocasiones en que las he tenido de jefas, normalmente se comportan mucho más duras y autoritarias que los hombres. Aunque quzás sólo sea una casualidad.
Me encantaría tener una jefa como tu propones: flexible, intuitiva, lanzada, colaborativa,… ¿existen?.