Hacia tiempo que creia que esta especie estaba en extinción pero me encuentro que lo que está es camuflada. El homus retrógrado es aquel que no pierde sus costumbre y pensamientos propias de tiempos pasados. Suele ser obtuso, vanidoso y sexista.
No suele expresar sus opiniones, pues generalmente en la sociedad están mal vistas, pero cuando está instalado en un cargo de consideración (Director General o superior), la vanidad supera a la represión. Hay varios tipos, pero me voy a centrar en 3:
A- El sobón:
Este hombre tiene colaboradoras femeninas, no discrimina, pero en cada una de las reuniones «a solas» somete a sus colaboradoras a un sutil sobeteo, sin llegar a mayores, que puede ir aderezado de delicadas insinuaciones. A pesar de que la antagonista deja las cosas claras la situación se repite reunión tras reunión. Este tira y afloja, sopone el doble de energias para la desdichada ya que, ademas de no contarselo a nadie, debe rendir sin dar ninguna excusa para el cese.
B- El petulante:
Este hombre posee tal exagerada presunción que si tiene colaboradoras femeninas, lo que no suele ser normal, pertenecen al grupo de profesionales del peloteo. Su único fin es destacar a toda costa, para su mayor beneficio. Si le gusta alguna de sus colaboradoras se permitirá pequeños coqueteos. Pero si ésta destaca, el ataque al honor es su defensa:
Acomodado en su cargo y rodeado de su cohorte de pelotas, se relaja y es en ese periodo en el que, aparecen los comentarios sexistas, hechos a terceras personas sin que esté presente el objeto de sus «reprimidos deseos». Frases como » a esta hay que domarla», o «ya te la has follado?», le parecen de lo más adecuada para comenzar una reunión de trabajo. El resultado se lo pueden imaginar.
C- El camaleón
Es compulsivamente mentiroso y tiene la habilidad de cambiar de actitud y conducta, adoptando en cada caso la más ventajosa. Su carencia de escrúpulos sólo es comparable a su desmedida y hartera ambición. Es, asimismo, imprevisor y con relativismo moral y por tanto con algún protector en las alturas. Para realizar sus emboscadas no distingue sexo. Pero !hay si eres mujer, inteligente y más profesional! esto no es soportable. Su táctica será el desprestigio y los adjetivos que irá sembrando «sabionda», «exasperante» e «incomoda».
A mi modo de ver no aportan nada a la sociedad, ni profesional ni humanamente y son un obstaculo para alcanzar la deseada igualdad o paridad de género.
En los tres casos la denuncia individual es complicada ya que se han encargado de desacreditar lo más posible a la antagonista. La pregunta es ¿que hacer?
Categorías:Funcionario
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