Quiero empezar una serie de mujeres que han sido importantes en la evolución y la innovación pero que su trabajo ha sido silenciado u oculto.
Empiezo la serie con Margaret Hamilton, ingeniera de software del MIT, quien programó la navegacion «on board» del programa espacial apolo. Una de las personas responsables de que el Aplo 11 llegara a la luna.
Me encanta porque lo programó utilizando lenguaje ensamblador, mucho más difícil que los lenguajes más populares de hoy en día, dado que en aquella época la capacidad de los ordenadores era limitada. Me recuerda a mi primer reto: implementar el nivel 2 de OSI en una placa de comunicaciones con capacidad limitada, también programado en ensamblador.
Ella trabajó en la idea del detección precoz de errores y esto sirvió para que paliar el fallo que tuvo el Apolo 11 antes de alunizar y que hizo saltar todas las alarmas. Gracias a que el software estaba diseñado para priorizar funciones imprescindibles y descartar los que no lo eran mediante la detección precoz de errores, se evitó una sobrecarga en el sistema.
Su esfuerzo se ha reconocido tarde, pero mas vale tarde que nunca. Ha recibido el premio Exceptional Space Act Award de la NASA, y la Medalla Presidencial de la Libertad en 2006.
Una mujer inteligente que, en cuestión de igualdad de género, apuesta por la “inclusión” y por “un trato igualitario” más que “por crear un nuevo tipo de exclusividad”, tan de moda actualmente. Este es su pensamiento:
Uno no debería tener miedo a decir “no lo sé” o “no lo entiendo”, o incluso de hacer “preguntas tontas”. Ninguna pregunta es tonta. Aunque las cosas puedan parecer imposibles, aunque los expertos digan que algo es imposible, aunque haya que seguir el camino sola, no hay que tener miedo a estar equivocada, a admitir errores; aquellos que sepan fallar de forma estrepitosa son los que pueden conseguir cosas grandiosas.
Aqui dejo una entrevista con Margaret en el 2018
Categorías:Mujer, Tecnologías de la Información
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