La SGAE, en su afán recaudatorio, ha infiltrado un «detective» que ha grabado un vídeo en una boda para demostrar que en el salón donde se celebraba el convite se estaban violando los derechos de autor. Hace un año la Agencia de Protección de Datos impuso a la SGAE una multa de 60.101 por grabar en 2005 sin permiso una boda en el restaurante y «violar la intimidad» de la pareja que celebraba la unión. Al parecer «la contratación de detectives para investigar fraudes relacionados con el pago de derechos es una práctica habitual de la SGAE».
Cuando volvia a casa oía en la radio una tertulia que comentaba esta noticia y una mujer, (lástima que no me quedé con el nombre) autora y receptora de derechos de autor, defendia este método ilegal, de infiltrar «auditores» de la SGAE para preservar sus derechos. El argumento es que los dueños del restaurante habían cometido un delito. Según esta señora un delito se puede combatir con otro delito !bonito argumento!
Estoy a favor de preservar los derechos de autor y de que éstos se cobren, estoy en contra del canon ya que supone una aplicación indiscriminada del cobro bajo la presunción de que compra un CD es un delincuente. Pero la reflexión de esta señora me ha dejado helada.
Lo peor es que la SGAE dice que volverá a reincidir: ‘Llevamos lustros haciéndolo y lo volveremos a hacer’
!estupendo!
La excusa de los que piratean es que ya se les consideran delicuentes, la excusa de la SGAE es que todo vale para conseguir recaudar los derechos de autor. Ninguno tiene razón.
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