Recientemente un funcionario me explicaba la importancia de trasladar a la opinión pública la razón de que existiera la figura del «funcionario» y su papel en la Administración. Hablaba del funcionario común, que trabaja como cualquier empleado de empresa y hace lo que debe. La noticia de los 3 policías condenados por detención ilegal en el caso Bono me recordó esta conversación. No teman no voy a entrar en política, hoy no. Simplemente no me creo que, por muy pelota que sea un funcionario, se arriesgue a realizar un acto ilegal si no hay una amenaza detrás.
Conozco casos en los que, simplemente, por negarse a firmar un papel (no conforme a derecho) se le priva a un funcionario de parte de su sueldo, se le condena al ostracismo y se le corta su carrera, todo ello con el «silencio» de su jefe inmediato. En otros casos, se monta un expediente disciplinario al funcionario por opinar en contra del Director.
La injerencia política y la presión en la administración en ciertos niveles y ámbitos, es más fuerte de lo que cree la sociedad. El miedo al cese funciona (Chuky lo sabe), y la frase favortita de los Subdirectores es: -«Yo estoy aqui para no tener problemas ni generarlos«. Claro que depende de la persona, pero la vanidad ayuda (como en el cuento del traje del Emperador).
Por eso quiero recordar que, precisamente, el funcionariado tiene el puesto fijo para ser independientes de los vaivenes y caprichos políticos, para ser imparcial, neutral y honrado. Y esto hay que ejercitarlo día a día, pués todos los días hay alguna presión pequeña o grande que superar.
Los policías tendrán penas de carcel de 3-5 años y 8 de inhabilitación, el Delegado lo ha resuelto con una simple dimisión y los altos cargos se van de rositas. !Sale barata la presión!
Mientras el funcionario decide entre «tu firma que no va a pasar nada» y el «cese y ostracismo«.
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Cuánta razón tienes, Catgirl